Desfile solidario Harley-Davidson

No había estado nunca en un evento motero organizado por Harley-Davidson en beneficio de la Cruz Roja y me había picado la curiosidad. La historia es realmente compleja para mi escaso recorrido y experiencia en el mundo que rodea -o que nucleariza- a la marca Harley-Davidson. El evento de hoy era el Desfile solidario Harley-Davidson a favor de la Cruz Roja. Es la decimosexta edición que se celebra y ha tenido lugar en Madrid. Se trata de pasear a lomos de las burras por un fin solidario en el que cada uno de los participantes hemos podido colaborar. En realidad, este evento no lo organiza la marca como tal, sino el HOG Chapter Madrid y Makinostra. Voy a tratar de explicarlo.

HOG es el acrónimo de Harley Owners Group (Grupo de propietarios de Harley, desde 1983). Se trata del mayor grupo motero del mundo y tiene varios cientos de miles de asociados. Al comprar una moto de esta marca te regalan un año de suscripción, te regalan un pin y un parche y te envían una revista trimestral. Cuentas con un servicio de ayuda en carretera que te envía una grúa en caso de necesidad y algunas otras cosas más. Tras ese primer año existe la posibilidad de renovar la membresía. Lo cierto es que es el club más grande del mundo y tiene diferentes categorías de pertenencia: titular, asociado, vitalicio titular y asociado vitalicio.

Esta organización genérica tiene expresiones locales más reducidas llamadas Chapter. Es decir, para poder pertenecer a un Chapter tienes que estar asociado en HOG. Un Chapter es un grupo de voluntarios, de socios, que dedican su tiempo libre para que el resto de los socios puedan disfrutar de las actividades que programan. Siempre está asociado a un dealer, a un concesionario (en este caso, Makinostra), de tal forma que no son independientes (el concesionario se relaciona con la marca y el Chapter se relaciona con HOG, pero siempre en paralelo).

Para este fin de semana, el Chapter de Madrid, que es el más antiguo de España, había organizado este evento, este Km0, que tenía otras actividades además del desfile en el que yo he participado porque era la parte abierta en la que cualquiera podía participar. Se trataba de una gran quedada en la Plaza de Castilla y un paseo por algunas de las calles más emblemáticas de la Villa. Es un gustazo circular por la Castellana, Alcalá, Gran Vía, Bailén, Mayor, Sol en un día soleado, despacito, rodeado de otras motos realmente sonorosas y con la protección de los municipales.

Me ha parecido que es una actividad que está bien organizada y no he observado ningún accidente ni incidente. El sonido de las motos ha sido brutal y yo he vuelto a casa acomplejado por ello. Felicidades a los organizadores, Víctor!

Yo no pertenezco a nada de esto y pienso que no daré ese paso porque creo que mi motería la llevo por dentro, aunque tenga una chupa con la marca. Mi motería o es libérrima o no es. No necesita ser aceptada por ningún grupo ni por ningún amigo ni colega ni familiar ni hermano ni hija. La mía es una motería de molar -como dice Leif Sagas-, de molarme, de ir solo acompañado o acompañado solo (sin ir más lejos hoy he ido solo entre cientos de motos). Mi motería es de hacer lo que me gusta cuando me gusta con el solo permiso de la mujer que me quiere.