
En la GU-2027 te quedas entumismado. Es una carretera pequeña y corta que hoy no tenía muchos clientes. Una Cequincedé y un par de motos que iban ensimismados, como yo, que iba enmimismado. Lo mismo me ha pasado en la GU-215 y en la CM-2006, que me he quedado enmimismado.
Algo tienen que tener las carreteras, algo tienen que tener las motos, algo tienen que tener los moteros, algo que desemboca con facilidad en el acceso al interior de la persona hasta el punto de hacerle ensimismar. Dice la RAE que ensimismarse es concentrarse en los propios pensamientos o sumirse o recogerse en la propia intimidad, y eso es lo que realmente pasa cuando paseas con la moto. Si tú, querido lector, coges tu moto y te piras a Arbancón, en llegando al pueblo por la carretera que lo lleva desde Tamajón, la GU-143, te quedarás entumismado. Si un motero toma la carretera que va desde Espinosa de Henares hasta Hita, pasando por Copernal, ten por seguro que se quedará ensimismado.
Ir solo dentro del casco, oyendo el sonido de la moto, viendo paisajes verdes porque son olivos, álamos, pinos o robles, oliendo gasolinas y aceites, oliendo hierbas recién cortadas o campos purinados o mierda de vaca, perdido en una llanura o entremedias de un barranco que no se acaba y se cierra y se abre, ahí, querido lector, el motero se pierde por dentro y se aletarga en su pensamiento, que se mete en el corazón y se sienta con los pies colgando a la puerta de su vida, y discurre y rumia eso que guarda en la caja mágica que solo suena cuando se abre, como un juguete. El cauce del Tajuña o el del río Sorbe refresca la carita del ensimismado motero y le despierta de su sueño por un momento.
Cuando te entimismas es que te empiezas a parecer a lo que realmente eres porque no hay público, no hay postureo, no hay clientes, no hay alumnos ni hay aprendices. Cuanto estás entumismado sobre la moto se te abre el corazón al Dios de la vida que todo lo ve, que todo lo huele y que todo lo siente, y si llegas a ser consciente de su contemplación, te cagas de miedo y de gusto porque sabes que no eres más que un trocito suyo que se le ha caído en la Tierra, y haces así con la moto en plena curva y hueles y percibes por la piel y levantas el culo del asiento. Y sonríes.


!Qué grandes sensaciones! Aflojas el puño del acelerador para que no acaben. Gracias por compartir la ruta y tus reflexiones. Un saludo y vvvv’s
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