Que no, que no es lo mismo estar confinado que estar sinfinado. Ya son tres meses de órdenes amablemente impuestas, y resulta que la libertad de la moto estaba montada encima de la libertad de la vida.
No hay libertad rodando a las nueve de la mañana hacia Tortuero si no tienes libertad para ir a ver a tu madre. No hay libertad sobre una Harley-Davidson a las nueve de la mañana perdido en el tramo que lleva a Valdepeñas de la Sierra si no tienes libertad para ir al Foro. No hay libertad en el campo a las nueve de la mañana si no puedes respirar con tranquilidad. No hay libertad y la ruta no se disfruta.
Sí, la moto suena muy bien, la tienes revisada y la tienes iteuveada, tienes el carnet recién renovado, tienes todos esos elementos habituales a favor, pero la ruta no se disfruta. Sentirse el rey del mundo no funciona así. Sentirse el rey del mundo (o el presidente de la República) no funciona en el entorno invisible de la libertad perdida que intuyes que tardará en volver. ¿Será cuestión de tiempo?
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