Moteros y odio

sentimientos-de-amor-odioLa Wikipedia es un invento cojonudo. Te pone, al alcance del ratón, un montón de conocimiento. Accedes a él, lo tamizas con tu criterio, tu cultura, tu gusto, y te ayuda a formarte opinión de las cosas.

He estado mirando qué dice la Wikipedia sobre el odio. Dice que es un sentimiento de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir a su objetivo. El odio se puede basar en el miedo a su objetivo, ya sea justificado o no, o más allá de las consecuencias negativas de relacionarse con él. El odio se describe con frecuencia como lo contrario del amor o la amistad.

El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción, destrucción del equilibrio armónico y ocasionalmente autodestrucción, aunque la mayoría de las personas puede odiar eventualmente a algo o alguien y no necesariamente experimentar estos efectos.

Por último, dice que el odio no es justificable desde el punto de vista racional porque atenta contra la posibilidad de diálogo y construcción común. Es posible que las personas sientan cierta aversión sobre personas u organizaciones, incluso ciertas tendencias ideológicas. Bueno, nada fuera de la idea que cualquiera podamos tener sobre esa palabra.

Mi reflexión viene a cuento de un episodio que me ha sucedido hoy mismo, día de la Virgen del Pilar y fiesta nacional de España. A nadie se le escapan los ánimos que circulan por estos pagos sobre el consabido tema de la independencia de Catalunya. Y hago una reflexión sobre moteros y sobre el odio porque hoy he visto cómo se cruzaban ambas cosas, y ganaba el odio. Se me ha crujido el corazón. He comprobado hoy -una vez más, ya que esto no es nuevo para mí- cómo hay personas que invierten el orden de sus valores, de los valores universales, dejando paso a otros valores que no son positivos.

Un motero puede ser español. Yo conozco muchos moteros españoles. Hay moteros vascos, que yo les conozco. Hay moteros franceses, italianos, portugueses, americanos, chilenos, argentinos, mexicanos. Seguro que hay moteros chinos, japoneses y bangladeshíes. Seguro. Y hasta hoy yo creía que los moteros éramos todos hermanos, pero no. Hay moteros que dejan entrar odio en su corazón y yo no quiero ser hermano de moteros que esgrimen esa bandera. Puede que sea yo el que no sea hermano de nadie, puedo ser yo quien se esté equivocando (siempre contemplo esta posibilidad), pero me parece que no me estoy equivocando.

El odio es un veneno y determinadas creencias alimentan el odio hacia todo lo de fuera, hacia todo lo que no es lo propio, y yo no quiero tener amigos así.

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