
He usado una tranca dinamométrica que aprieta entre los 20 y los 200 newton/metro y he usado un vaso de 34 mm que he comprado nuevos. He usado una llave torx de 45, he usado cinco minutos y un poco de fuerza. Y un pie de rey casicentenario. Y muchas ganas. Esto es lo que más he usado: ganas de volver a mi sitio, que está en cualquier carretera desierta que huela a mierda de vaca y a gasoil de tractor recién pasado.
El caso es que la cadena de transmisión de la Marifácil estaba muy destensada y me parece que no debe ser muy seguro circular con una cadena cuyos eslabones no guardan la tensión necesaria entre ellos para que la moto desarrolle finura en baja velocidad, provocando tirones y sonidos varios de esos que molestan e inquietan.
En muchos sitios había leído que la cadena de esta moto hay que cambiarla sobre los 30.000 km y, como yo ya tengo 27.000, andaba con la neura detrás de la oreja. Por eso, el día de infausto recuerdo que compré las maletas le pedí al mecánico que me la tensara (la cadena) cosa que hizo muy amablemente. Con esa tranquilidad me fui a Trujillo e hice esos 1.200 km que el lector tiene descritos en el post correspondiente.
A la vuelta de ese magnífico viaje dejé reposar la moto unos días y, cuando volví con la fusta preparada, vi que la cadena marcaba una curva indecente, motivo por el que no la he vuelto a sacar de paseo hasta hoy. Durante estos días de sequía he estado preguntando a mis amigos, he hecho llamadas, he ido a algunos talleres, para decidir a quién de ellos le iba a otorgar el privilegio de meter mano a la Marifácil. También he intentado pedir cita en el taller BMW de mi ciudad, que no responde porque la web de Motorrad, la web de pedir cita, no permite pedir cita. Es curioso cómo no funcionan las cosas o cómo las hacen no funcionar.
Todas las referencias que he obtenido han pasado por esperas, han pasado por dudas de los propios mecánicos y han pasado de los quinientos euros.
Oyendo lo visto y visto lo oído, ha sido la decisión de estudiarme yo solo el asunto. Me he repasado toda la literatura técnica que he encontrado y que pudiera venir a cuento, he visto videos y tutoriales y me he armado de los instrumentos antes enunciados. Y me he llevado una sorpresa. Resulta que la rueda trasera está sujetada al eje que la atraviesa por una tuerca así de gorda, que había que aflojar para luego regular dos tornillos mucho más pequeños que, de manera paralela, al alimón, son los que acercan o alejan la rueda, cosa que hace que la cadena quede más tensada o menos tensada.
He agarrado la tranca con su vaso de 34 mm y, al ir a aflojar la enorme tuerca, no me ha hecho falta aplicar la fuerza de mis hercúleos brazos. Poco menos que la tuerca ha empezado a girar por el propio peso de la llave dinamométrica. He seguido girándola lo suficiente como para poder operar sobre los dos tornillos traseros. Mientras que el tornillo derecho, el que está al lado opuesto al kit de transmisión, lo he girado una vuelta completa, el otro tornillo, el del lado de la cadena, lo he tenido que girar dos vueltas completas. El resultado ha sido estupendo y la cadena luce, funciona y tranquilea en plenitud.
He mirado despaciadamente los dientes del plato trasero, que los del piñón de ataque son más difíciles de observar porque van protegidos por una placa que ni se me ocurre torcar, y me ha parecido que guardan, si no totalmente, el perfil adecuado.
He celebrado todo esto a los pies del castillo de Jadraque. Imagínese el lector: el sol ya no está arriba, los campos están de verde primavera, la carretera estaba sola y yo rodando al viento de los veinte grados. Una gloria, oiga. Pero claro, enseguida vienen las preguntas: ¿Por qué estaba aflojada la tuerca gorda? ¿Por qué ambos tornillos no estaban guardando la misma tensión? ¿Por qué antes no podía soltar las manos del manillar en recto y ahora sí? ¿Puede un reglaje bien hecho deshacerse en tres semanas?
Aun así, y procurando no ser simple ni ingenuo, no canto victoria sino solo un gol, porque no soy mecánico ni tengo ni idea de motos ni de mecánica aunque haya conseguido tensión y tranquilidad al rodar, por lo que buscaré ojos con tacto y manos con vista. Eso haré.



Hola, amigo. Despaciadamente te puedo asegurar que sí, que como barruntas, no han hecho bien su trabajo y es un trabajo el de apretar por igual los tornillios de cada lado y ajustarlos a las marcas que sean necesarias -que para eso están- no es complicado, solo hay que hacerlo. En cuanto al tornillo del eje y su facilidad de desapriete es otro chivatazo propio que te cuenta la moto acerca del manos-tijeras que no puso empeño en hacerlo.
Otra cosa; en mi caso suelo medir la tensión conmigo encima, que nuestros cuerpos y la gravedad tiende a tensarla más aún. Saludos.
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