MotoMadrid 2018: la vida sigue (casi) igual

IMG_1995Ayer por la tarde tuve la oportunidad de acudir a la convocatoria anual del Salón MotoMadrid con mi amigo Darío. Hay sitios a los que hay que acudir acompañado y el Salón MotoMadrid es, en mi opinión, uno de ellos. Ya no llovía y me entró esa rabia que me entra cuando va a llover y no llueve, que es cuando pienso: -si lo sé, me traigo la moto.

Recogí a Darío cerca de su casa y nos plantamos en el pabellón correspondiente, en la Casa de campo. No hubo muchas dificultades para aparcar, salvo el enojoso gesto que suelo poner cuando me encuentro a un tipo a quien le han encargado dirigir el aparcamiento de los visitantes que, cuando estacionas el automóvil, se te acerca diciendo que es la voluntad, porque si está contratado, está contratado y si no, ¿qué hace un tipo sin autorización dirigiendo el tráfico?

El caso es que vi menos gente que el año pasado. El sábado era el día fuerte, el día de la entrada cara, y no llovía, y no había mucha gente.

Comenzamos el recorrido por la parte baja de la feria, que estaba llena de tiendas de todas esas cosas que rodean a las motos: ropa, cascos, pegatinas… En esta zona identificamos dos tipos de expositores: los que querían vender y los que no. Fuimos subiendo plantas y pudimos entrar en materia. Vimos la práctica totalidad de marcas y nos probamos unas cuantas motos.

Voy a destacar tres marcas: Harley-Davidson, Triumph y BMW. No voy a destacar más porque no vi nada nuevo, sino que vi más de lo mismo.

Harley-Davidson, un año más, tenía el espacio grande al fondo, con esa pantalla gigante dedicada a The Battle of the kings. Pude ver y tocar las novedades de la MoCo para 2018. Vi variedad, hierro, calidad, belleza. Vi lo que se espera ver cuando piensas en Harley-Davidson. Eché en falta el sonido, claro. Me subí a unas cuantas y, naturalmente, se me hizo el culo pepsicola. Pude saludar a Víctor Romero y a Sergio Escalante. Ambos, Víctor y Sergio son, en mi opinión, dos referentes en lo que se refiere a la gestión de negocio y venta de motos en Madrid. El resto del personal de Makinostra que se hallaba presente mostró su habitual amabilidad y sonrisa. ¡Qué importante es sonreír al cliente! Hay gente, hay organizaciones que aún no se han enterado de lo importante que es, simplemente, sonreír. Bien por ellos, y bien por esa nueva Forty-Eight.

En el stand de Triumph pudimos tocar y montar las nuevas 800 y 1200, impresionantes caballos, impresionantes monturas con las que soñar un día, con las que irse allí, lejos, solo, o acompañado. Llenas de tecnología, con una estética angulosa y vigorosa y agresiva y técnica y soberbia. Cualquiera de estas dos Tiger son esa otra moto que me gustaría tener al lado de la Cabezota.

BMW sigue siendo BMW. Pudimos ver un par de ejemplares de la Urban GS, la moto que está poniendo de moda Miquel Silvestre. Me pareció que es una buena moto, con una estética que se puede mejorar aunque supongo que con la calidad habitual de la marca germana.

Y ya no destaco más. No destaco más porque me parece -y así se lo comenté a mi amigo- que no vi más novedad. El Salón MotoMadrid apenas ha traído nada nuevo. Es curiosa la paradoja que me encontré: resulta que el conjunto de novedades más importante y de más calado fue presentado por la marca más antigua. La coral que Harley-Davidson ha preparado para 2018 supera, en mi opinión, el ingenio, la tecnología y la inversión de marcas tan potentes y punteras como Ducati o Yamaha. Sí, es muy posible que la cabra tire al monte, pero ¿qué otra marca presentó tantos nuevos modelos? Y es entonces cuando me vuelvo a hacer la pregunta recurrente: ¿para quién está quedando el mundo de las motos?

Un último apunte. Miquel Silvestre anunció su no presencia en la edición de este año del Salón MotoMadrid porque acudirá a un evento similar. El hombre, el personaje, en mi opinión, tenía que haber estado allí. Cambios en su vida, cambios en su planteamiento periodístico-televisivo-literiario-comercial le comprometen y le cierran en la jaula de gran calidad que le ha preparado Wunderlich España. Solo entiendo esto desde el punto de vista comercial. Yo no voy a criticar las decisiones de Miquel, faltaría más, pero hay mucho público al que le hubiera gustado ver a Etheria.

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La nueva Triumph Tiger
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The battle of the kings (Makinostra)
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Harley-Davison, nueva generación
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Las Indian siguen siendo motos imponentes

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