He estado ocupado

No, no tengo el blog descuidado. Lo vigilo, lo mimo y lo traslado a papel. Eso es, amigo lector. He seleccionado las 84 entradas que me han parecido más significativas, he corregido alguna cosa y he seleccionado las fotos. Lo he maquetado todo de una forma bonita y he compuesto un libro. En eso he estado ocupado.

Me gusta el resultado. Páginas blancas, con una letra amable, con un título y un nombre en cada capitulito. Nada más que eso. Un libro para tenerlo, para regalarlo a mis amigos. Me gusta la sensación de tener sobre la mesa un objeto decorativo que esconde mi pasión.

Lo cierto es que no lo he hecho con la idea de venderlo. -Buah, hago un libro, lo vendo y me hago de oro… Pues no, no ha sido eso. Ha sido otra cosa. Ha sido que he adquirido la disciplina de escribir, he aprendido una sistemática para registrar ciertas cosas y darle forma, aunque a veces me resulta imposible detener el borbotón. A veces me resulta imposible y otras muchas veces no solo no lo impido, sino que me divierto. Escribir es divertido, y escribir cosas a borbotones sin pasar por la cabeza es más que divertido. Aun así, lo he subido a Amazon, plataforma que elabora ediciones en papel bajo demanda, porque supongo que sí que habrá personas que tengan interés en tenerlo. Adelante, pues.

Es curiosa la experiencia de contar cosas que nadie ha visto. Una experiencia personal, en solitario, sin espectadores, te la puedes inventar, la puedes caracterizar. En mi caso nunca he hecho eso. Escribo lo que he vivido. Mejor dicho, escribo lo que he sentido. Mejor dicho aun, escribo sin utilizar la cabeza. Por eso, mi gran reto es llegar a escribir de nada o de casi nada. De todo lo intangible, de todo lo inexistente, de todo lo que nadie sabe.

Para publicarlo he contactado con algunas empresas. Me han parecido todas ellas bastante profesionales, ciertamente. Especialmente dos de ellas. Pero finalmente me he decidido por una que se llama SoldeSol. Supongo que es una pequeña empresa de Almería, la tierra del alma que, con los contactos que he tenido con ellos, han conseguido transmitirme su ser romántico, su ser creativo y su ser idealista. Es fantástico encontrarse con gente que son lo que dicen que son. Creo que he acertado con ellos, con ellas. A esta hora están en proceso de impresión del libro que, por cierto, se llama Volver a casa es lo más importante.

Mientras he estado entretenido en estos menesteres he tranquileado al calor de la primavera, he hinchado la rueda delantera que se había quedado en uno en vez de en dos con cero siete bares y he visitado un bar, el de Fran, allí en Miraflores de la Sierra, donde Aleixandre. He estado en Londres. He ido de aquí para allá y de allá para aquí y siempre he vuelto a casa. A veces me pregunto si hay gente que no vuelve a casa.